La lectura y la escritura se introducen mejor a través de experiencias lúdicas y significativas.

Aprender a leer y escribir no empieza con las letras, sino con el amor por las palabras. Los niños pequeños necesitan experiencias previas que despierten su curiosidad. Leer cuentos, cantar canciones con rima, jugar a identificar sonidos iniciales son actividades clave.
Un consejo para casa: convierte la lectura en un momento especial diario, aunque sean 10 minutos. Deja que el niño elija el libro y haz voces divertidas. Para el aula: crear rincones de lectura con libros variados y materiales de escritura libre.
Utiliza apoyos visuales para conectar sonido y letra.
No es necesario adelantar procesos, pero sí preparar el terreno para que leer y escribir se sientan como un juego que abre puertas.
¿Cuál fue el primer cuento favorito de tus hijos o alumnos?
