En bebés y niños pequeños:
Falta de balbuceo o sonidos comunicativos.
No responder a su nombre.
Ausencia de gestos comunicativos (señalar, saludar, etc.).
Retraso en la aparición de las primeras palabras.
Dificultad para seguir instrucciones sencillas.
Falta de interés en la interacción social.
No combina palabras a los dos años.
En niños en edad preescolar y escolar:
Dificultad para pronunciar palabras correctamente.
Problemas para formar frases completas.
Vocabulario limitado.
Dificultad para comprender lo que se les dice.
Problemas para seguir instrucciones.
Dificultad para contar historias o participar en conversaciones.
Tartamudeo.
Problemas de lectura o escritura.
Aislamiento social.

Problemas para comprender el lenguaje figurado o el sarcasmo.
Dificultad para mantener conversaciones coherentes.
Problemas para expresar sus ideas de forma clara.
Dificultad para mantener relaciones sociales.

Dificultad para seguir instrucciones complejas.
Problemas de escritura o lectura.

Frustración al intentar comunicarse.

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