🧠 Las rutinas predecibles ayudan a los niños a desarrollar seguridad, atención y hábitos de aprendizaje positivos.

Las rutinas son mucho más que horarios. Para los niños pequeños, representan un mapa que organiza su mundo y les permite sentirse seguros y listos para aprender. Cuando saben qué esperar, disminuye la ansiedad y aumenta la cooperación.
En casa, rutinas simples como una canción para iniciar el día, una pausa de lectura después de la cena o un pequeño ritual antes de dormir ayudan a marcar tiempos claros. En el aula, rutinas de saludo, transición entre actividades o cierre del día contribuyen a un ambiente estructurado y predecible.
Desde el enfoque del Análisis Conductual Aplicado (ABA), las rutinas actúan como reforzadores naturales: al repetirlas, los niños aprenden a anticipar lo que viene y a organizar su conducta en consecuencia.
Consejo práctico: elige 3 momentos clave del día y define un paso a paso sencillo y repetible. Puedes apoyarte en pictogramas o tarjetas visuales para que los niños sigan la secuencia.
💡 Recuerda que la flexibilidad también es parte del aprendizaje: no se trata de rigidez, sino de dar estructura que libere energía mental para explorar y disfrutar.
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